miércoles, 12 de septiembre de 2012

EL

El me espera cada mañana, me mira pasar, sueña con mi mirar, cree que soy una princesa o la reina del mar. No dice nada, su silencio me habla, sus manos se abren para las mías alcanzar, cansado de esperar, hoy se acercado, me ha seguido con pasos presurosos. El me espera cada tarde, cuando la esfera naranja se acomoda para irse a descanzar, me hace una alfombra de hojas secas para escuchar tras su puerta, mis pies las hojas secas pizotear en un traviezo tris-tras. El sueña que me logra enamorar, por las noches fantasea con un beso, con una caricia, con mi voz cercana, con mis circonías al mirar. El no sabe que yo no volveré a amar, que lo que anhelo es estar en soledad, que mis letras tristes jamás leerá, que huraña y dolida tan sólo se olvidar. El, él, él... El me espera cada mañana para amarme en silencio y se conforma con verme pasar.