lunes, 25 de marzo de 2013

CONCIENCIA

Y lloré, me lave las manos, sequé mis lágrimas y caminé. Avancé despacio y seguro, me dolía la memoria, la conciencia, me mordía la paciencia, estas entrañas que se fueron volviento tan sumisas, tan ajenas, que ya no tenían el grito de guerra, la palabra viva y punzante... Y lloré de nuevo, ante tanta pasividad, ante tanto temor, me ofendía ese silencio y el temblor ante la ingrata voz del dictador, gentes corrían, iban y venían, desesperados por el hambre, indignados por la ignorancia, sumidos en el torpe letargo que les heredaron los cobardes... Desgarre con un grito feroz, el silencio y desperté una conciencia... tan sólo una: LA MIA!

No hay comentarios:

Publicar un comentario